El pueblo de Humilladero se despierta de una de las noches más especiales del año, la de la Candelaria. Finalmente nueve grandes hogueras distribuidas en diferentes puntos del casco urbano ardieron con un significado de purificación llenando con la luz del fuego la noche humilladerense.
Algunas con sentido privado y otras en una manifestación vecinal de carácter más público y popular, se prendieron en torno a las siete de la tarde para apagarse sobre la medianoche o incluso más tarde en algunos casos. Las hogueras más populares fueron las realizadas en el parque de calle Cádiz y en La Realenga.
Como es habitual, los vecinos salieron de sus casas pese al frío de la primera noche de febrero poniendo bebida y comida, cenando al calor del fuego y cantando y bailando canciones populares. Además, el Ayuntamiento regaló sardinas para cocinarlas al fuego de las candelas en cada uno de los puntos donde había hoguera inscrita.
Esta cita ancestral ha tenido este año mayor aceptación que en 2012 al caer en viernes. Previamente, desde el Ayuntamiento se habían recogido los datos de las diferentes candelas a realizar para tener un registro por motivos de seguridad y control de las mismas. Debían ser hogueras de 3 metros de altura.
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