El Día de Andalucía 2015 pasará a la historia de Humilladero por los considerables cambios en la habitual celebración buscando ser una fiesta para todos los sectores de la población. Y así, durante la fiesta en la plaza de los Derechos Humanos con una paella popular y actuaciones, se vivió un gran ambiente con una importante participación de en torno a 450 personas. Además, el estreno del documental “Los rostros de la emigración” que homenajeó a los emigrantes de la localidad puso la emotividad en la fecha del 28 de febrero.
La jornada comenzó con el estreno a las 12 horas de un documental sobre los mayores emigrantes de Humilladero en el Edificio Amarillo. Tras la proyección del mismo se entregó un diploma a las personas que han participado en su rodaje. A las 13.30 horas hubo concentración en la Plaza de los Derechos Humanos con la interpretación del Himno de Andalucía por parte de Aina Navarro a lo que siguió una paella popular y baile a cargo de la academia de Custorio y Conchi.
Documental
Una de las novedades de la celebración del Día de Andalucía en Humilladero fue el estreno del documental “Los rostros de la emigración” que homenajea a las personas de Humilladero que tuvieron que emigrar a otros lugares para poder subsistir en las décadas de los 50, 60 y 70. Tras su estreno el Día de Andalucía, será difundido a través de la televisión local y televisiones de los municipios receptores de emigrantes humilladerenses, así como en las redes sociales municipales.
El documento visual, de una hora de duración, cuenta con los testimonios de estos emigrantes mayores de 70 años que actualmente residen en el pueblo, pero que en muchos casos aún tienen a familiares fuera. En total son una decena de hogares los que han visitado las cámaras, para contar en primera persona los casos de aquellos jornaleros, en su mayor parte, que ante los bajos salarios de la época en la comarca, tuvieron que buscar un mejor futuro para sus familias lejos de sus raíces.
En muchos casos, familias enteras emigraron a Cataluña para trabajar en fábricas, especialmente al núcleo de Mollet del Vallés, pero también al País Vasco, Alemania o a Suiza. Asimismo, muchos de los mayores entrevistados, cuentan su experiencia de viaje a las campañas agrícolas a Francia, algo que se mantuvo durante décadas para la vendimia o la recogida de remolacha. Eran viajes muy incómodos, de tres días, en trenes con asientos de madera, sin conocer el idioma, para llegar a unas fincas donde apenas tenían cuatro paredes donde dormir y muy poco que comer.
Pero además de la experiencia social y humana, el documental refleja anécdotas, y vivencias en común.
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